jueves, 23 de abril de 2009

Joaquin Do Reyes

Joaquin Do Reyes y su orquestaJoaquin Do Reyes y su orquesta, Entre ellos: Julio Ahumada, Antonio Marchese, Mario Monteleone, José Nieso, Aquiles Aguilar y los cantores Raúl Fontana y Jorge Fiorentino.

Elvino Vardaro y Joaquin Do ReyesElvino Vardaro y Joaquin Do Reyes

Joaquin Do Reyes en una caratula de PerottiJoaquin Do Reyes en una caratula de Perotti


DO REYES, Joaquín. Músico. Bandoneonista. Director. Compositor.
Nació en Buenos Aires, en el barrio de Mataderos, el 26 de enero de 1905. Estudió música y bandoneón, debutando en público por los cafés de su barriada. En 1925 comenzó su labor profesional propiamente dicha, integrando la orquesta de Francisco Lomuto, para colaborar más tarde, fugazmente, conlos directores Juan D'Arienzo y Alberto Gambino.
En 1935 formó su primera agrupación propia para presentarla en el palco del café Royal Keller y en las veladas nocturnas del cabaret Chantecler. Allí, durante cierto tiempo, tocó, sin título, un tango suyo de corte melódico, que alcanzó a obtener suceso singular entre los habitués de ese local. Y fue uno de éstos, Celedonio Flores, quien tuvo la iniciativa de versificarlo bajo el título Yo no sé llorar, que sugirió Pepita Avellaneda.
Continuó desde su labor en radios y cabarets, hasta que, en torno de 1950, su nombre cobró nueva notoriedad, una vez que la flamante empresa de discos T.K. lo incorporó a su elenco, junto a Troilo, Salgán, Rivero, Galván y Piazzolla, como figuras centrales. Su primera placa: El amanecer y El 13; luego, El ahorcado, Punto y coma, Nobleza de arrabal, Pinta brava, El taita del arrabal, Chiqué, divulgaron entonces su depurado estilo orquestal de raíz netamente decareana e invariablemente enriquecido por la labor de los descollantes solistas y cola-boradores de que ha sabido siempre rodearse: Elvino Vardaro, Roberto Guisado, entre los violinistas; Julio Ahumada, Eduardo Del Piano, Antonio Marchese, Máximo Mori, Mario Demarco, entre los bandoneones, y César Zagnoli, Osvaldo Manzi, Juan José Paz, entre los pianistas, muchos de los cuales han desempeñado también en su conjunto tareas de arreglo orquestal. Durante 1961, siempre por los micrófonos de Radio El Mundo, reestructuró a fondo su repertorio, exhumando, a ese efecto, desconocidas páginas de Cobián, de Bardi, de Francisco y de Julio De Caro. A éste, quien colaboró activamente en la renovación del conjunto, dedicó en esa ocasión, un tango instrumental que denominó Decareando, el cual, juntamente con otras de sus composiciones del mismo carácter, destinada a evocar afectivamente a Rosendo Mendizábal y titulada Don Rosendo, registró para la Victor, en dos calificados trabajos interpretativos de 1962. Otras excelentes realizaciones de su agrupación no llegaron, sin embargo, a la fonografía; entre ellas, las de los tangos El tigre del bandoneón, de Julio De Caro; Pensativo, de Máximo Mori; La catanga, de Juan Carlos Cobián, y En la onda, de Juan José Paz. A través de los años desfilaron por su elenco los vocalistas Hugo Soler, Rubén Danza, Horacio Deval, Ricardo Aguilar, Tito Reyes. Ha actuado en el interior de la Argentina y en locales y radios de Montevideo. Compuso, además, Volver a vivir y No me digas que no, corazón. Fallecio el 9 de Junio de 1977.

Por Horacio Ferrer