sábado, 26 de febrero de 2011

Flamenco y El Tango Flamenco

Esquema de los Cantes
Esquema de los Cantes

Baile Flamenco
Baile Flamenco
El flamenco es un género español de música y danza que se originó en Andalucía en el siglo XVIII, que tiene como base la música y la danza andaluza y en cuya creación y desarrollo tuvieron un papel fundamental los andaluces de etnia gitana. El cante, el toque y el baile son las principales facetas del flamenco. En noviembre de 2010 la UNESCO declaró al flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad La palabra flamenco, referida al género artístico que se conoce bajo ese nombre, se remonta a mediados del siglo XIX. No hay certeza de su etimología, por lo que se han planteado varias hipótesis: Por paralelismo con el ave zancuda del mismo nombre: Algunas hipótesis relacionan el origen del nombre del género flamenco con las aves zancudas del mismo nombre. Una de ellas dice que el flamenco recibe esa denominación porque el aspecto y el lenguaje corporal de sus intérpretes recuerda a dichas aves. Marius Schneider, en cambio, defiende que el origen del término puede estar en el nombre de estas aves, pero no en su parecido con el estilo de los bailaores sino en que el modo de mi, que es el predominante en
 el repertorio flamenco, se relaciona en la simbología medieval, entre otros animales, con el flamenco. Por ser la música de los "fellah min gueir ard", los campesinos moriscos sin tierra: Según Blas Infante, el término "flamenco" proviene de la expresión andalusí fellah min gueir arg, que significa "campesino sin tierra". Según él, muchos moriscos se integraron en las comunidades gitanas, con las que compartían su carácter de minoría étnica al margen de la cultura dominante. Infante supone que en ese caldo de cultivo debió surgir el cante flamenco, como manifestación del dolor que ese pueblo sentía por la aniquilación de su cultura. Sin embargo, Blas Infante no aporta fuente histórica documental alguna que avale esta hipótesis y, teniendo en cuenta la férrea defensa que hizo a lo largo de su vida de una reforma agraria en Andalucía, que paliase la mísera situación del jornalero andaluz de su época, esta interpretación parece más ideológica y política que histórica o musicológica. No obstante, el Padre García Barrioso, también considera que el origen de la palabra flamenco pudiera estar en la expresión árabe usada en Marruecos fellah-mangu, que significa "los cantos de los campesinos".Asimismo, Luis Antonio de Vega aporta las expresiones felahikum y felah-enkum, que tienen el mismo significado. Porque su origen está en Flandes: Otro número de hipótesis vinculan el origen del término con Flandes. Según Felipe Pedrell el flamenco llegó a España desde esas tierras en la época de Carlos V, de ahí su nombre. Algunos añaden que en los bailes que se organizaron para dar la bienvenida a dicho monarca se jaleaba con el grito de ¡Báilale al flamenco! Sin embargo el término "flamenco" vinculado a la música y al baile surgió a mediados del siglo XIX, varios siglos después de ese hecho. Porque a los gitanos se les conoce también como flamencos: En 1881 Demófilo, en el primer estudio sobre el flamenco, argumentó que este género debe su nombre a que sus principales cultivadores, los gitanos, eran conocidos frecuentemente en Andalucía bajo dicha denominación. En 1841 George Borrow en su libro Los Zíncali: Los gitanos de España ya había recogido esta denominación popular, lo que refuerza la argumentación de Demófilo. Gitanos o egiptanos es el nombre dado en España tanto en el pasado como en el presente a los que en inglés llamamos gypsies, aunque también se les conoce como "castellanos nuevos", "germanos" y "flamencos"; [...] El nombre de "flamencos", con el que al presente son conocidos en diferentes partes de España,[...] No se tiene certeza del motivo por el que los gitanos eran llamados "flamencos", sin embargo hay numerosas noticias que apuntan hacia un origen jergal, situando al término "flamenco" dentro del léxico propio de la germanía. Esta teoría sostiene que "flamenco" deriva de flamancia, palabra que proviene de "flama" y que en germanía se refiere al temperamento fogoso de los gitanos. En el mismo sentido el diccionario de la Real Academia Española dice que "flamenco" significa coloquialmente "chulo o insolente", siendo un ejemplo de ello la locución "ponerse flamenco".[10] En un significado similar, el término "flamenco" es usado como sinónimo de "cuchillo" y de "gresca" o "algazara" por Juan Ignacio González del Castillo, en su sainete El soldado fanfarrón (ca. 1785). No obstante, Serafín Estébanez Calderón que en sus Escenas andaluzas (1847) aporta las primeras descripciones de situaciones flamencas, no utilizó ese nombre para calificarlas. Cante jondo Según el diccionario de la RAE, el "cante jondo" es "el más genuino cante andaluz, de profundo sentimiento".Este diccionario recoge como equivalentes las locuciones "cante jondo" o "cante hondo", lo que avala que el término "jondo" no es más que la forma dialectal andaluza de la palabra "hondo", con su característica aspiración de la h proveniente de f inicial. Sin embargo Máximo José Kahn llegó a sostener que el término "jondo" procede de la locución hebrea "jom-tob" o "yom-tob", desinencia de algunos cantos sinagogales. Según García Matos e Hipólito Rossy, no todo cante flamenco es cante jondo. Manuel de Falla consideraba que el cante jondo era el cante antiguo, mientras que el cante flamenco era el moderno. Distinción entre flamenco y folclore andaluz Baile por sevillanasEl género flamenco se fue configurando durante el siglo XIX, sobre el sustrato de la música y la danza tradicionales de Andalucía, cuyos orígenes son antiguos y diversos. Sin embargo el flamenco no es el folclore de Andalucía (compuesto por seguidillas, sevillanas, fandangos, verdiales, trovos, el chacarrá, el vito...) sino un género artístico fundamentalmente escénico. El flamenco, aunque está basado principalmente en el folclore andaluz, es un género tan estilizado y complejo que el andaluz medio, aún teniéndose como bien dotado para la música, es incapaz de interpretar correctamente. De hecho, en ningún momento de su historia el flamenco ha pasado de ser una música interpretada por minorías, con mayor o menor difusión. El surgimiento de los cantaores profesionales y la transformación de los cantos populares por parte de los gitanos, hicieron que su estilo se alejara considerablemente de las tonadas tradicionales. El flamenco somete a lo popular a una estilización tan grande que lo lleva hacia lo culto, pero sin perder su sabor popular. Historia Se cree que el género flamenco surgió a finales del siglo XVIII en ciudades y villas agrarias de la Baja Andalucía, aunque prácticamente no hay datos relativos a esas fechas y las manifestaciones de esta época son más propias de la escuela bolera que del flamenco. El Casticismo En 1783 Carlos III promulgó una pragmática que regulaba la situación social de los gitanos. Esto fue un hecho trascendental en la historia de los gitanos españoles que, tras siglos de marginación y persecuciones, vieron cómo su situación jurídica mejoraba sustancialmente. Tras la Guerra de Independencia Española (1808-1812) se desarrolló en la conciencia española un sentimiento de orgullo racial, que contrapone al ilustrado afrancesado la fuerza telúrica del majo, arquetipo del individualismo, la gracia y el casticismo. En ese ambiente triunfa la moda cañí, pues el casticismo ve en el gitano un modelo ideal de ese individualismo. La eclosión de las escuelas taurinas de Ronda y Sevilla, el auge del bandolerismo y la fascinación por lo andaluz manifestado por los viajeros románticos europeos, fueron conformando el costumbrismo andaluz, que triunfó en la corte madrileña. Los Cafés Cantantes Los cafés cantantes eran locales nocturnos donde los espectadores podían beber copas a la vez que disfrutaban de espectáculos musicales. En ellos frecuentemente se producían desmanes de todo tipo, por lo que la mayoría de la población vivía de espaldas a ellos. Según publicó en sus memorias el cantaor Fernando de Triana ya en 1842 existía un café cantante, que fue reinaugurado en 1847 bajo el nombre de Los Lombardos, como la ópera de Verdi. Sin embargo, por aquel entonces los distintos cantes e intérpretes estaban bastante desconectados entre sí. En 1881 Silverio Franconetti, cantaor de extenso repertorio y grandes dotes artísticas, abrió el primer café cantante flamenco. En el café de Silverio los cantaores estaban en un ambiente muy competitivo, pues al propio Silverio le gustaba retar en público a los mejores cantaores que pasaban por su café. La moda de los cafés cantantes permitió el surgimiento del cantaor profesional y sirvió de crisol donde se configuró el arte flamenco. En ellos los payos aprendían los cantes de los gitanos, mientras que estos reinterpretaban a su estilo los cantes folclóricos andaluces, ampliándose el repertorio. Asimismo el gusto del público contribuyó a configurar el género flamenco, unificándose su técnica y su temática. El Antiflamenquismo de la Generación del 98 El flamenquismo, definido por la Real Academia Española como la "Afición a las costumbres flamencas o achuladas", es un cajón de sastre conceptual donde caben el cante flamenco y la afición a los toros, entre otros elementos castizos españoles. Estas costumbres fueron fuertemente atacadas por la Generación del 98, siendo todos sus miembros "antiflamenquistas", a excepción de los hermanos Machado, pues Manuel y Antonio, al ser sevillanos e hijos del folclorista Demófilo, tenían una visión más compleja del asunto. El paladín del antiflamenquismo fue el escritor madrileño Eugenio Noel, quien en su juventud había sido un casticista militante. Noel atribuyó al flamenco y la tauromaquia el origen de los males de España. A su entender, la ausencia de estas manifestaciones culturales en los modernos estados europeos, parecían traducirse en un mayor desarrollo económico y social. Estas consideraciones hicieron que se estableciera durante décadas una grieta insalvable entre el flamenco y la mayor parte de la intelectualidad. La Ópera Flamenca Entre 1920 y 1955 los espectáculos flamencos pasaron a ser celebrados en plazas de toros y teatros, bajo el nombre de "Ópera flamenca". Esta denominación era una estrategia económica de los promotores, pues la ópera sólo tributaba el 3% mientras que los espectáculos de variedades pagaban un 10%. En esta época los espectáculos flamencos se extendieron por toda España y por las principales ciudades del mundo. El gran éxito social y comercial alcanzado por el flamenco en esta época eliminó de los escenarios algunos de los palos más antiguos y sobrios, en favor de aires más ligeros, como las cantiñas, los cantes de ida y vuelta y, sobre todo, los fandangos, de los que se crearon muchas versiones personales. La crítica purista atacó esa livianización de los cantes, así como el uso del falsete y el vulgar estilo gaitero. En la línea del purismo, Federico García Lorca y Manuel de Falla tuvieron la idea de convocar un concurso de cante jondo en Granada en 1922. Ambos artistas concebían el flamenco como folclore, no como género artístico escénico. Por ello sentían preocupación pues creían que el triunfo masivo del flamenco acabaría con sus raíces más puras y hondas. Para remediarlo organizaron un concurso de cante jondo en que sólo podían participar aficionados. Quedaron excluidos los cantes festeros, como las cantiñas, que Falla y Lorca no consideraban jondos sino flamencos. El jurado fue presidido por Antonio Chacón, que por entonces era primera figura del cante. Los ganadores fueron "El Tenazas", un cantaor profesional retirado de Morón de la Frontera, y Manuel Ortega, un niño sevillano de ocho años que pasaría a la historia del flamenco como Manolo Caracol. El concurso resultó un fracaso debido el escaso eco que tuvo y porque Lorca y Falla no supieron entender el carácter profesional que por entonces ya tenía el flamenco, afanándose en balde en buscar una pureza que nunca existió, en un arte que caracterizaba por la mezcolanza y la innovación personal de sus creadores. Al margen de ese fracaso, con la Generación del 27, cuyos miembros más eminentes eran andaluces y por tanto conocedores de primera mano del género, comenzó el reconocimiento al flamenco por los intelecuales. Tras la Guerra Civil Española, durante la postguerra y los primeros años de Franquismo, se miró con recelo al mundo del flamenco, pues la autoridades no tenían claro que dicho género contribuyera a la conciencia nacional. Sin embargo el régimen pronto acabó adoptando el flamenco como una de las manifestaciones cuturales españolas por antonomasia. En suma, el periodo de la Ópera Flamenca fue una época abierta a la creatividad y que conformó definitivamente la mayor parte del repertorio flamenco. Fue la Edad de Oro de este género, con figuras como Antonio Chacón, Manuel Torre, La Niña de los Peines, Pepe Marchena y Manolo Caracol. El nacimiento de la flamencología Monumento a La Paquera.A partir de los años 50 del siglo XX empezaron a publicarse abundantes estudios antropológicos y musicológicos sobre el flamenco. En 1954 Hispavox publicó la primera Antología del Cante Flamenco, grabación sonora que fue un gran revulsivo en su época, dominada por el cante orquestado y, en consecuencia, mistificado. En 1955 el intelectual argentino Anselmo González Climent, publicó un ensayo llamado Flamencología, cuyo título bautizó al "conjunto de conocimientos, técnicas, etc., sobre el cante y el baile flamencos". Este libro dignificó el estudio del flamenco al aplicarle la metodología académica propia de la musicología y sirvió de base a los posteriores estudios sobre dicho género. Como consecuencia, en 1956 se organizó el I Concurso Nacional de Cante Jondo de Córdoba y en 1958 se fundó en Jerez de la Frontera la primera Cátedra de Flamencología, la más antigua institución académica dedicada al estudio, la investigación, conservación, promoción y defensa del arte flamenco. Asimismo en 1963 el poeta cordobés Ricardo Molina y el cantaor sevillano Antonio Mairena publicaron alalimón Mundo y Formas del Cante Flamenco, convertida en obra de referencia obligada. Con un lenguaje sencillo el libro describe la variedad de palos y estilos, y narra la historia del cante, defendiendo erróneamente que el flamenco fue obra exclusiva de los gitanos, que lo mantuvieron en intimidad hasta que hicieron de él su profesión. Asimismo el libro diferencia entre el cante grande (meramente gitano) y el cante chico (aflamencamiento de las tonadas folclóricas andaluzas y coloniales). Por lo tanto, la obra de Molina y Mairena, introdujo en la flamencología la "tesis gitanista" y el "neojondismo" como líneas de investigación. Durante mucho tiempo los postulados mairenistas se tuvieron prácticamente por incuestionables, hasta que encontraron respuesta en otros autores que elaboraron la "tesis andalucista", que defendía que el flamenco era un producto genuinamente andaluz, pues se había desarrollado íntegramente en esta región y porque sus palos básicos derivaban del folclore de Andalucía. Asimismo mantenían que los gitanos andaluces habían contribuido determinantemente en su formación, poniendo de manifiesto la excepcionalidad del flamenco entre las músicas y danzas gitanas de otras partes de España y Europa. La unificación de la tesis gitanista y la andalucista ha acabado por ser la más aceptada hoy en día. En resumen, entre los años 1950 y 1970, el flamenco pasó de ser un mero espectáculo para convertirse además en objeto de estudio. La Fusión Flamenca El Lebrijano.En la década de 1970 en España se respiraban aires de cambio social y político y la sociedad española ya estaba bastante influida por diversos estilos musicales venidos del resto de Europa y de los Estados Unidos. Asimismo existían numerosos cantaores que había crecido escuchando a Antonio Mairena, Pepe Marchena y Manolo Caracol. La combinación de ambos factores desembocó en un período revolucionario llamado Fusión Flamenca. El representante musical José Antonio Pulpón fue un personaje decisivo en esa fusión, pues instó al cantaor Agujetas a colaborar con el grupo sevillano de rock andaluz Smash, la pareja más revolucionaria desde Antonio Chacón y Ramón Montoya, iniciando un nuevo camino para el flamenco. Asimismo propició la unión artística entre el virtuoso guitarrista algecireño Paco de Lucía y el largo cantaor isleño Camarón de la Isla, quienes dieron un impulso creativo al flamenco que supondría su definitiva ruptura con el conservadurismo de Mairena. Cuando ambos artistas emprendieron sus carreras en solitario, Camarón se convirtió en un cantaor mítico por su arte y su personalidad, con legión de seguidores, mientras que Paco de Lucía reconfiguró todo el mundo musical del flamenco, abriéndose a nuevas influencias, como la música brasileña, árabe y jazz e introduciendo nuevos instrumentos musicales como el cajón peruano, la flauta travesera, etc. Otros intérpretes destacados en este proceso de renovación formal del flamenco fueron Juan Peña El Lebrijano, quien maridó el flamenco con la música andalusí, y Enrique Morente, quien a lo largo de su dilatada carrera artística ha basculado entre el purismo de sus primeras grabaciones y el mestizaje con el rock. El Nuevo Flamenco Categoría principal: Nuevo Flamenco Véanse también: Flamenco Chill y Flamenco House En los años 1980 surgió una nueva generación de artistas flamencos que ya han recibido la influencia de Camarón, Paco de Lucía, Morente, etc. Estos artistas tenían un mayor interés por la música popular urbana que en aquellos años estaba renovando el panorama musical español, era la época de la Movida madrileña. Entre ellos destacan Pata Negra, que fusionaron el flamenco con el blues y el rock, Ketama, de inspiración pop y caribeña y Ray Heredia, creador de un universo musical propio donde el flamenco ocupa un lugar central. A finales de esa década y durante toda la siguiente la fonográfica Nuevos Medios lanzó a muchos músicos bajo la etiqueta Nuevo Flamenco, abusándose de la etiqueta "flamenco" con fines estrictamente comerciales. Así, esta denominación ha agrupado a músicos muy distintos entre sí, tanto intérpretes de flamenco orquestado, como músicos de rock, pop o música latina cuya única vinculación con el flamenco es el parecido de su técnica vocal con la de los cantaores, sus orígenes familiares o su prodecencia gitana, pero que por lo demás, se salen de cualquier estructura flamenca clásica, habiendo desaparecido todo rastro del compás, modos tonales y de las estructuras melódicas propias de los palos. Sin embargo el hecho de que muchos de los intérpretes de esa nueva música sean además reconocidos cantaores, caso de José Mercé, El Cigala y otros, ha propiciado etiquetar como flamenco todo lo que ellos interpretan, aunque el género de sus canciones difiera bastante del flamenco clásico. En cambio, otros artistas contemporáneos, como los grupos O'Funkillo y Ojos de Brujo, siguiendo la senda de Diego Carrasco, emplean estilos musicales no flamencos pero respetando el compás o estructura métrica de ciertos palos tradicionales. Asimismo existen cantaores enciclopédicos como Arcángel, Miguel Poveda, Mayte Martín, Marina Heredia, Estrella Morente o Manuel Lombo que, sin renunciar a los beneficios artísticos y económicos de la fusión y del nuevo flamenco, mantienen en sus interpretaciones un mayor peso lo flamenco concebido en el sentido más clásico del término, lo que supone un significativo regreso a los orígenes. La implicación de los poderes públicos españoles en la promoción del flamenco es cada día mayor. En este sentido existe la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y actualmente se construye en Jerez de la Frontera la Ciudad del Flamenco, que albergará el Centro Nacional de Arte Flamenco, dependiente del Ministerio de Cultura y que pretenderá canalizar y ordenar las iniciativas sobre dicho arte. Así mismo, la comunidad autónoma Andaluza están estudiando incorporarlo en sus planes formativos obligatorios. Cante Cantaora.Categoría principal: Cantaores de flamenco Según la Real Academia Española, se denomina "cante" a la "acción o efecto de cantar cualquier canto andaluz", definiendo "cante flamenco" como "el canto andaluz agitanado" y el cante jondo como "el canto más genuino andaluz, de profundo sentimiento".[18] Al intérprete de cante flamenco se le llama cantaor en vez de cantante, con la pérdida de la d intervocálica característica del dialecto andaluz. Toque Cantaora y tocaor.Categoría principal: Guitarristas de flamenco La postura y la técnica de los guitarristas flamencos, llamados tocaores, difiere de usada por los intérpretes de guitarra clásica. Mientras el guitarrista clásico apoya la guitarra sobre su pierna izquierda de forma inclinada, el guitarrista flamenco suele cruzar las piernas y apoyarla sobre la que se encuentra más elevada, colocando el mástil una posición casi horizontal con respecto al suelo. Los tocaores modernos suelen utilizar guitarras clásicas, aunque existe un instrumento específico para este género llamado guitarra flamenca. Ésta es menos pesada y su caja es más estrecha que la guitarra clásica, por lo que su sonoridad es menor y no eclipsa al cantaor. Por lo general suele hacerse de madera de ciprés, con el mango de cedro y la tapa de abeto. El ciprés le da una sonoridad brillante muy adecuada para las características del flamenco. Antiguamente también se usaba el palo santo de Río o de la India, siendo el primero de más calidad, pero actualmente está en desuso debido a su escasez. El palo santo otorgaba a las guitarras una amplitud de sonido especialmente adecuada para el toque solista. En la actualidad, el clavijero más utilizado es el de metal, ya que el de madera plantea problemas de afinación. Los principales guitarreros fueron Manuel Ramírez de Galarreta, el Gran Ramírez, (Madrid, 1864-1920) y sus discípulos Santos Hernández (Madrid, 1873-1943), que construyó varias guitarras para el maestro Sabicas, Domingo Esteso y Modesto Borreguero. Asimismo destacan los Hermanos Conde, Faustino (1913-1988), Mariano (1916-1989) y Julio (1918-1996), sobrinos de Domingo Esteso, cuyos hijos y herederos continúan la saga. Los tocaores usan la técnica del alzapúa, el picado,el rasgueo y el trémolo, entre otras. El rasgueo puede ser realizado con 5, 4 o 3 dedos, este último inventado por Sabicas. El empleo del pulgar es también característico en el toque flamenco. Los guitarristas apoyan el pulgar en la tapa armónica de la guitarra y el dedo índice y medio sobre la cuerda superior a la que están tocando, logrando así una mayor potencia y sonoridad que el guitarrista clásico. También se apoya el dedo medio en el golpeador de la guitarra para conseguir más precisión y fuerza a la hora de púlsar la cuerda. Asimismo el uso del golpeador como elemento de percusión dota de gran fuerza a la interpretación guitarrística flamenca. Se denomina "falseta" a la frase melódica o floreo que se intercala entre las sucesiones de acordes destinadas a acompañar la copla. Asimismo se habla de tocar o acompañar por arriba (usando la digitación del acorde mi mayor) y por medio (la mayor), con independencia de que se haya trasportado o no con la cejilla. El acompañamiento y el toque solita de los guitarristas flamencos se basa tanto en el sistema armónico modal como en el tonal, aunque lo más frecuente es una combinación de ambos. Algunos cantes flamencos se interpretan "a palo seco" (a capella), sin acompañamiento de guitarra. Según el tipo de interpretación se habla de: Toque airoso: vivaz, rítmico y sonoridad brillante, casi metálica. Toque gitano o flamenco: hondo y con pellizco, usa preferentemente los bordones y los contratiempos. Toque pastueño: lento y tranquilo. Toque sobrio: sin ornamentos ni alardes superfluos. Toque virtuoso: con dominio excepcional de la técnica, corre el riesgo de caer en un efectismo desmesurado. Toque corto: pobre en recursos técnicos y expresivos. Toque frío: carente de hondura y pellizco. [editar] Baile Categoría principal: Bailaores de flamenco Bailaora.El baile flamenco puede acompañar distintos palos. Su realización es similar a un ejercicio físico moderado Palos Categoría principal: Palos del flamenco Se conoce como palo a "cada una de las variedades tradicionales del cante flamenco". Los palos pueden clasificarse siguiendo varios criterios: Según sea su compás, su jondura, su carácter serio o festero, su origen geográfico etc. Historia El fandango, que en el siglo XVII era el cante y baile más extendido por toda España, con el tiempo acabó generando variantes locales y comarcales, especialmente en la provincia de Huelva. En la Alta Andalucía y zonas limítrofes los fandangos se acompañaban con la bandola, instrumento con el que se acompañaba siguiendo un compás regular que permitía el baile y de cuyo nombre deriva el estilo "abandolao". De este modo surgieron los fandangos de Lucena, los zánganos de Puente Genil, las malagueñas primitivas, las rondeñas, las jaberas, los jabegotes, los verdiales, el chacarrá, la granaína, el taranto y la taranta. A causa de la expansión de las sevillanas en la Baja Andalucía, el fandango fue perdiendo su papel de soporte del baile, lo que permitió un mayor lucimiento y libertad del cantaor, generándose en el siglo XX multitud de fandangos de creación personal. Asimismo, miles de campesinos andaluces, especialmente de las provincias de Andalucía Oriental, emigraron a los yacimientos mineros murcianos, donde los tarantos y las tarantas evolucionaron. La Tarante de Linares, evolucionó hacia la minera de la Unión, la cartagenera y la levantica. En la época de los cafés cantantes, algunos de estos cantes, se desligaron del baile y se adquirieron un compás libre, que permitía el lucimiento de los intérpretes. El gran impulsor de este proceso fue Antonio Chacón, quien desarrolló versiones preciosistas de malagueñas, granaínas y cantes mineros. La estilización del romance y de los pliegos de cordel dio lugar al corrido. La extracción de los romances de cuartetas o de tres versos significativos dio lugar a las tonás primitivas, a la caña y al polo, que comparten métrica y melodía pero que difieren en su ejecución. El acompañamiento de la guitarra les dio un compás que las hizo bailables. Se cree que su origen estuvo en Ronda, ciudad de la Alta Andalucía cercana a la Baja Andalucía y muy relacionada con ella, y que desde allí llegaron al arrabal sevillano de Triana, con gran tradición de corridos, donde se transformaron en la soleá. De la interpretación festiva de corridos y soleares surgieron en Triana los jaleos, que viajaron a Extremadura y que en Jerez y Utrera derivaron en la bulería, desde donde se difundieron por toda la Baja Andalucía, generando variantes locales. En los grandes puertos andaluces de Cádiz, Málaga y Sevilla se desarrollaron los tangos y los tientos, que tienen una gran influencia de la música negra americana. Asimimo en Cádiz se generó el grupo de las cantiñas cuyo palo central es la alegría. Algunas tonadas populares andaluzas, como los pregones, las nanas y campesinos cantos de trilla, tienen la misma métrica de las seguidillas flamencas. A partir de ellos pudo surgir la liviana y la serrana, que es una interpretación virtuosista y melismática de la liviana; de hecho, tradicionalmente se interpretan juntas. Este grupo de palos también pertenece la alboreá y la antigua playera, que se impregnó de la melodía de las tonás dando lugar a la siguiriya, que incorporó acompañamiento de guitarra. Fuente Wikipedia

Los Tangos Flamencos
Los tangos flamencos son cantes con copla de cuatro y, a veces, tres versos octosílabos. Es uno de los estilos básicos del flamenco, aunque su aparición histórica es bastante tardía si los comparamos con otros cantes. ¿Cuál es el origen de los tangos flamencos?. Existen distintas hipótesis. Ricardo Molina y Antonio Mairena, en su conocida obra, expresa que ignoran la fecha de la aparición de los tangos, aunque afirman que “en Triana siempre se cantó por tangos para bailar”. Lo mismo ocurría en Cádiz, según estos autores, aventurando como fecha de su origen los años finales del siglo XIX, siendo probablemente los antiguos cantes de jaleo y demás coplas para bailar la prefiguración de los actuales cantes por tangos. Según José Blas Vega la palabra tango aparece por primera vez en un curioso manuscrito cual es “Apuntes para la descripción de la ciudad de Cádiz, escritos por D. F. Sisto. Año 1814. Cap. XIV. “Bailes de Cádiz”. En el citado documento se pone de manifiesto que el tango tiene presencia en las fiestas populares gaditanas. Los comentarios de Charles Davillier a su viaje por España, en el año 1862, hacen mención a una joven gitana que bailó el tango americano “con extraordinaria gracia”. Y comenta Davillier : “El tango es un baile de negro que tiene un ritmo muy marcado y fuertemente acentuado. Puede decirse otro tanto de la mayor parte de los sones que tienen su origen igual y principalmente en la canción que comienza por estas palabras: ¡Ay, que gusto y que placer!, canción que desde hace unos años es tan popular como el tango…”. Manuel García Matos creía que los comentarios de Davillier era la primera noticia en que se daba a conocer el tango en esos momentos en que esta copla se introducía en el cante flamenco. No obstante José Blas Vega aporta por su parte una referencia anterior, referida a la antigüedad del tango flamenco; en concreto una edición de 1847 de la zarzuela andaluza de Francisco Sánchez del Arco titulada “¡Es la chachi!”, en la que figuran estos versos: “Y no cambio los tesoros de tanta nación polilla por mis tangos de Sevilla y mis corridas de toros, mi Jerez y manzanilla” En base a lo anterior Blas Vega afirma: “Y nos consta que ésta es la época en la cual el tango adquiere su autenticidad flamenca, puesto que el Diccionario de la Real Academia Española de 1832 no lo define todavía y sí lo hace el de 1852″. Por su parte Ángel Álvarez Caballero afirma que no está de acuerdo con la seguridad expresada por Blas Vega, haciendo una matización de los argumentos anteriores en los términos siguientes: “Aunque los autores refieran esto al tango como cante flamenco creo que lo hacen un poco por su cuenta y riesgo, pues en el texto nada especifica y muy bien pudiera aludir sólo al baile, y aún en este caso ni siquiera puede asegurarse que fuera ya al baile por tangos precisamente flamenco, y no a alguna forma previa inserta en el folclore de la época”. Los argumentos de Álvarez Caballero se aproximan al planteamiento de Ricardo Molina y Antonio Mairena, expuesto anteriormente, sobre los jaleos y coplas para bailar como antecedente del cante por tangos flamencos. Otra de las variadas teorías sobre el origen de los tangos flamencos sostiene que tienen su origen en el tango hispano-americano, posición ésta que Molina y Mairena rechazan de plano. También Manuel Ríos Ruiz se opone a esta idea ya que, según este autor, se llega a presentar la prevalencia de la teoría suramericana “sin tener en cuenta en lo concerniente al tango flamenco, la esencial idiosincrasia bajo-andaluza de su contenido en todos los órdenes: compás, entonación y temática de sus coplas”. Por el contrario el profesos García Matos y Arcadio Larrea son defensores del origen americanista de los tangos flamencos, llegando a afirmar el último de estos autores lo siguiente: “El tango americano llegó a Cádiz proveniente de La Habana, y aquí los gitanos se apoderaron de él, aflamencándolo en un proceso ya conocido por repetido”. En definitiva, la incógnita sobre el origen de los tangos flamencos continua sin despejarse. La aclimatación flamenca del tango se la sitúa predominantemente en Cádiz, Jerez y Triana y continuando por la costa gaditano-mediterránea llega hasta Málaga. No obstante no deben dejarse de citar los tangos de otros puntos geográficas como pueden ser Granada, Jaén e incluso Extremadura. En el cante por tangos el sello personal del cantaor ha marcado de forma importante este palo y así Enrique El Mellizo se nos presenta como creador de tangos, junto a los también gaditanos Aurelio Sellés e Ignacio Ezpeleta. Por la Sevilla trianera El Titi y La Niña de los Peines (la mayor divulgadora de este cante), junto a Vallejo, Matrona y Antonio Mairena. Por Jerez, además de Manuel Torre, que en este como en otros cantes dejó retratada su personalidad, hay que citar a Frijones. En Málaga se produce una eclosión de estilos personales de tangos como son los de El Piyayo, La Prirula y La Raponpa, entre otros. En Granada es el Sacromonte el lugar de cultivo de este cante, con estilos como los tangos del camino, los canasteros y los merengazos. También en Jaén se cantan tangos canasteros y tangos de La Carlotita. Por último, Extremadura aporta creadores de tangos como Juan Cantaro y Porrinas de Badajoz. Y con esto no queremos decir que se cierra la lista de creadores de este cante. Los tangos era un estilo muy solicitado en los cafés cantantes de la época dorada del flamenco, allá por el fin del siglo XIX y principio del XX, hasta tal punto que a un cantaor de la talla de Manuel Torre se le anunció como “cantaor de tangos” en su debut en Sevilla. Actualmente los tangos forman parte del repertorio de la mayor parte de los cantaores, siendo un cante abierto a la evolución y en el que constantemente se han producido intentos de renovación. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco.- Ed. Cinterco.- Madrid 1988 Mundo y Formas del Cante Flamenco.- R. Molina y A. Mairena Ayer y hoy del cante flamenco.- M. Rios Ruiz.- Ed. Itsmo.- Madrid 1997 Historia del Cante Flamenco.- A. Alvarez Caballero.- Alianza Ed- Madird 1981 FUENTE Horizonte Flamenco.